“…Que ha sido criticado por cuanto, de hecho, las desigualdades en normas y regulaciones y las tensiones, impiden que el conglomerado urbano funcione como una auténtica región metropolitana (Dilla, 2008(Dilla, , 2015Dilla y Breton, 2018). Así, del avance de los estudios sobre el urbanismo de frontera, nuevas aportaciones han introducido en el debate los modelos de "ciudades transfronterizas" (Valero, 2008) bajo el supuesto de que ambas partes tienden hacia una integración; el de "conurbaciones transfronterizas" (Peña, 2008) reseñando las dificultades de planificar ambos lados de la ciudad y, por consiguiente, las diferentes realidades urbanas generadas, y el de "complejos urbanos transfronterizos" (Dilla, 2015) que incorpora toda la complejidad económica, política, social, étnica y cultural de las ciudades duales en las fronteras latinoamericanas y se aleja del modelo de ciudad estándar. Este autor señala la pervivencia en el tiempo de esa asimetría como motor urbano -que parece mantenerse en Melilla-, y la contrapone a los modelos de integración entre ciudades fronterizas dado en la Unión Europea (UE), donde se ha desarrollado el concepto de "ciudad binacional", auspiciado por una potente estrategia de cohesión social, sobre una población que comparte una misma cultura y escenario geopolítico y, a partir de la supresión de las fronteras internas, han desarrollado un fuerte sentimiento de pertenencia a una misma comunidad (Ehlers, Buursink, Velde y Houtum, 2000).…”