“…A mediados de la década de 1970, junto con la crisis del modelo de acumulación fordista, se produjo una ruptura epistemológica en los estudios urbanos, a partir de la crítica a las limitaciones del instrumental teórico-metodológico de la sociología estadounidense, y la revaloración del análisis basado en diferentes enfoques del materialismo histórico, sobre todo los provenientes de la Escuela de Sociología Francesa. 1 A comienzos de la década de 1980, a la luz de esta influencia, los estudios urbanos latinoamericanos, en general, movilizaron mecanismos estructurales y de naturaleza económica para explicar la conformación de la ciudad y las políticas urbanas, ya sea asociándolos al modo de producción o al comportamiento económico de los agentes sociales (Marques y Bichir, 2001). En este marco, se identificaba un patrón espacial decreciente centro-periferia en las condiciones sociales, urbanas y en la intervención del Estado en medios de consumo social, 2 proceso que, junto con el de autoproducción de viviendas, se subsumió y denominó urbanización de la pobreza.…”