“…Sin entrar aquí en la cuestión de si estas diferencias existen realmente o no, lo cual sería objeto de la psicología diferencial, lo que la psicología social ha demostrado es que la gente cree que existen y utiliza dicotomías muy similares a la de Simmel para describir a hombres y mujeres. Las primeras investigaciones en las que se analizó el contenido de los estereotipos de género (Broverman, Vogel, Broverman, Clarkson y Rosenkrantz, 1972;Rosenkrantz, Vogel, Bee, Broverman y Broverman, 1968) establecieron una distinción entre los rasgos relacionados con la competencia y los asociados a la expresividad emocional, dicotomía que es conceptualmente similar a la que estudios posteriores utilizaron para distinguir entre instrumentalidad y expresividad (Spence, Helmrecih y Stapp, 1975), o entre agencia y comunalidad (Deaux y Lewis, 1984;Eagly y Steffen, 1984;Williams y Best, 1982). En todas estas dicotomías los hombres se perciben como competentes, asertivos, independientes y orientados hacia el poder y el logro, mientras que las mujeres se perciben como afectivas, dependientes, sociables, poco preocupadas por ellas mismas y orientadas hacia los demás.…”