“…Esta influencia tan fuerte y ejercida de manera tan rápida solo ha sido posible porque todas las culturas, a través del tiempo, han utilizado de manera propia las imágenes, ya sean mentalmente abstractas, basadas en relatos orales o en experiencias perceptivas, ya sean visualmente concretas, basadas en un apoyo material, haciendo que con el lenguaje del cine la imagen se convirtiera en el eje narrativo central de la cultura contemporánea. Independientemente de su génesis, la imagen pasa necesariamente por dos experiencias inseparables: la primera, de orden de la naturaleza, conectada al funcionamiento del organismo humano (percepción) y la segunda, de orden de la cultura, conectada al contexto sociocultural (significación) (Tacca, 2005).…”