“…Los modelos teóricos convencionales consideran conveniente el mantenimiento de la familia y la empresa como entidades separadas, y que la influencia de la familia sobre el desarrollo del negocio debe tender a minimizarse. Sin embargo, perspectivas más recientes reconocen la relación recíproca e inseparable que existe entre estos dos sistemas y la escasa viabilidad de mantener esta separación, pues familia y negocio son más bien un sistema interactivo del cual surgen recursos únicos que pueden ser debidamente aprovechados Román Castillo (2009). Este tipo de empresas por su naturaleza, presentan ciertos retos que le son únicos y que no se presentan en las empresas de otra naturaleza, como cuando el fundador entrega la empresa a su primera generación, llámese esta los hijos y que en términos generales es la sucesión, puesto que no saben separar la relación familiar de los negocios, quien asumirá el poder, surgen las diferencias entre hermanos ya sean sociales, económicas, profesionales o culturales, el no tener bien definidas las funciones o responsabilidades dentro de la organización, quien tomara las decisiones dentro de la misma, la poca profesionalización de los herederos y los problemas con la cadena de mando porque todos quieren gobernar, la mayoría de los negocios familiares subsisten de generación en generación, pero no muchos sobreviven a lo largo del tiempo, principalmente por el desarrollo erróneo de legitimización del poder.…”