En este artículo se ha reflexionado sobre la categoría de subjetivación política desde un caso de las trabajadoras de la economía popular en Argentina, entre 2017 y 2020 (es decir, desde el primer paro internacional de mujeres trabajadoras y la pandemia del COVID19). Se recupera la categoría desde la perspectiva posestructuralista, en particular, desde Rancière, Laclau y Butler. Se analizaron las prácticas lingüísticas y no lingüísticas de las trabajadoras, comparando sus demandas y sus formas de desclasificación social, bajo la hipótesis de que lograron constituir un nombre polémico. Posteriormente se concluye que se produce una escena polémica de producción de un nombre, de argumentación de un daño social específico y de propuestas globales que exceden su propia discrecionalidad y pretenden una nueva institucionalidad. Se culmina con una reflexión teórica en torno a la categoría en juego