El presente artículo hace una reflexión sobre la propuesta del pin parental que limita el acceso a información sobre diversidad sexual y de género en estudiantes dentro de sus instituciones educativas. Bajo el argumento de que estos temas son responsabilidad de las familias, se construye un discurso que califica que estas temáticas generan incertidumbre en los jóvenes, logrando confundirlos en su desarrollo. Por consiguiente, se presenta un estudio que da muestra de la consciencia que tiene un grupo de jóvenes de educación media y superior sobre la importancia de acceder a temas relacionados con la diversidad sexual y de género dentro de su proceso de construcción de su identidad y desenvolvimiento de su personalidad. A partir de un instrumento mixto, se concluye que el acceso a la información es un derecho y una demanda legítima de los jóvenes, cuestionando la validez y justificación del pin parental.