“…29, nº 3 (octubre) la vida diaria de los centros educativos. Un número considerable de escolares se ven implicados en alguna ocasión en ellas como espectadores, víctimas o agresores, datos que concuerdan con estudios previos llevados a cabo sobre este tema (Alsaker y Vilén, 2010;Cerezo, 2006;Monks, Smith y Swettenham, 2005;Craig, Pepler y Atlas, 2000;Wolke, Woods, Schulz y Stanford, 2001); lo cual nos indica que la violencia puede ser una forma de resolución de conflictos, que puede llegar a producir consecuencias negativas en el desarrollo intelectual, social y emocional del niño/a. Estos datos coinciden con otros estudios realizados con alumnos/as de edades más avanzadas (Caballo, Arias, Calderero, Salazar e Irurtia, 2011;Caballo et al, 2012;Caruana, 2005Caruana, , 2007Fernández-Baena et al, 2011y Piñero-Ruiz, 2010) donde se muestra que en el ámbito escolar los alumnos/as refieren niveles bajos de violencia, aunque muchos revelan que los han sufrido durante su escolarización en alguna ocasión.…”