Noviembre de 2017 2 3 AGRADECIMIENTOS Mientras que en el contexto actual la producción intelectual y la práctica académica asumen cada vez más un tinte individualista, es preciso remarcar la condición social de todo conocimiento. Es así que esta tesis es producto de múltiples intercambios con profesores, amigos y colegas cuyas ideas, observaciones y lecturas han contribuido al resultado aquí expuesto. Quisiera agradecerles, brevemente, a las personas sin cuyo apoyo intelectual y/o afectivo, esta tesis no hubiese sido posible. Agradezco a mis directoras de tesis, María Antonia Muñoz y Ana Liza Bugnone, por su responsable tarea, predisposición, generosidad y por haberme guiado durante ya casi cinco años de trabajo. Pero también por la calidez del vínculo y por compartir la idea de que el conocimiento también se construye desde el afecto. Muchas gracias por confiar en mí y en el tema de trabajo. Al Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales (IdIHCS), lugar de radicación de mi beca doctoral de la UNLP y a Martín Retamozo por el apoyo académico. A mi compañero Raúl, por su apoyo incondicional desde hace ya diez años. A mis amigos, Eray, Belén, Melina, Federico y Paolo. A Federico, Clarisa y Ana les agradezco además el espacio de trabajo compartido, el cual ha favorecido muchas de las ideas que se encuentran aquí volcadas. Es desde la Subárea Arte, Estética y Política, perteneciente al Área de Estudios Políticos Latinoamericanos: problemas actuales en perspectiva posfundacional, de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, que sostenemos la importancia y relevancia, dentro del conocimiento científico, de los estudios sociales del arte. A Mariana, Cecilia y Melina, amigas y colegas, por su colaboración y por el intercambio de saberes, lecturas y consejos sobre mi trabajo. A Marina, Cecilia y Alicia, amigas y compañeras de actividades extra académicas vinculadas con la escena artística platense, lo cual me conecta con otra parte del hacer. Y al equipo de boba.