“…En los años 30 las tesis desarrollistas sostenían que la protección de recursos naturales eran la base para el progreso del país y posteriormente, estas fueron relativizándose durante el periodo de dictadura (1973)(1974)(1975)(1976)(1977)(1978)(1979)(1980)(1981)(1982)(1983)(1984)(1985)(1986)(1987)(1988)(1989) donde, sin embargo, y en línea con el nacionalismo de la época, se discutía la protección de especies y ecosistemas chilenos (Ulianova y Estenssoro, 2012). En este periodo dictatorial el discurso pro-medioambiente fue impulsado fuertemente por ONGs, organizaciones de disidencia política que acogieron y fueron bien recibidas por los nuevos movimientos sociales de las décadas del 70 y 80 relativos al ambientalismo, el pacifismo, el feminismo, entre otros (Ulianova y Estenssoro, 2012;Wahl, 1997). Posteriormente, con la recuperación de la democracia, los gobiernos de la Concertación (centro-izquierda) abogaron por un modelo que apuntaba al desarrollo sustentable, generándose algunos hitos en la institucionalización de la temática medioambiental, entre ellos, la creación en 1990 de la Comisión Nacional del Medioambiente (CONAMA) y la promulgación en 1994 de la Ley Nº 19.300 sobre Bases Generales del Medio Ambiente (Pizarro y Vasconi, 2004) y, más recientemente la creación del Ministerio del Medioambiente en 2010 y la sustitución de la CONAMA.…”