“…El profesor opina, emite juicios de valor y en ocasiones estos se ven distorsionados por su propia percepción. De este modo, su conocimiento se entenderá bajo la dependencia de constructos inherentes a su personalidad, los mismos que le permiten ordenar, explicar, interpretar, analizar y tomar decisiones (Shulman, 1987;Porlán, 2018). Diversos estudios han caracterizado este conocimiento a partir de las creencias de los docentes, para así comprender su evolución, organización y relación con la práctica (Sánchez y Valcárcel, 2000;Van Driel, Beijaard y Verloop, 2001;Song, Hannafin y Hilll, 2007;Keys, 2007;Yilmaz-Tuzun y Topcu, 2008;Bahcivan y Cobern, 2016;Päuler-Kuppinger y Jucks, 2017).…”