“…En primera instancia el poder reconocer el malestar es una tarea un tanto más difícil para algunos hombres ya que no se identifican ausencias emocionales, ansiedad o tristeza (Figueroa, 2001). Si llegasen a reconocer el malestar puede que lo nieguen (Jiménez, 2016) o lo verbalizan poco o nada (Fleiz, Ito, Medina-Mora, y Ramos, 2008;Tena y Jiménez, 2014) en comparación con las mujeres, puesto que los sitúa en una posición difícil que está asociada al género (Salguero, Córdoba, y Sapién, 2014;Salinas, 2007;Salinas y Arancibia, 2006).…”