Most of the patients were male, drug users and HCV positive, and the admissions to hospital were mostly due to respiratory patology and opportunistic diseases. TBC remains like the most frequent AIDS-defining illness.
Current medicine, in its zeal to cure diseases that, to-date, have been incurable, has overcome many barriers. High-dose chemotherapy, bone marrow and solid organ transplant, haemodialysis, parenteral and enteral nutrition, and other techniques have produced longer survival and cures for seriously ill patients. Over the past few years, fungal infections have become an important factor in morbidity and mortality in patients who are not only immunocompromised but also suffering severe pathologies. Anti-fungal treatment has been enriched, recently, with new compounds that are widening the therapeutic options for many of these patients.
Un estudio reciente refleja la asociación entre el haplotipo HLA DRB1*1501-DQA1*0102-DQB1*0602 y el daño hepático asociado al tratamiento con amoxicilina-clavulánico (3); sin embargo son necesarios más estudios genéticos para dilucidar el mecanismo de esta enfermedad, la cual es, al menos en parte, mediada por mecanismo inmunológico.La biopsia hepática suele poner de manifiesto la existencia de colestasis centrolobulillar y grados variables de infiltrado inflamatorio portal y lobulillar, pero no existen lesiones patognomóni-cas (7).La combinación de amoxicilina-clavulánico se asocia con mayor incidencia de daño hepático que el uso de amoxicilina sola (1), lo que pone de manifiesto el papel del ácido clavulánico como primer agente causal. En los pacientes que han presentado toxicidad hepática por amoxicilina-clavulánico la reintroducción del mismo desencadena un cuadro clínico similar, mientras que la reexposición a amoxicilina sola no se acompaña de estos efectos secundarios (2,5). El tiempo medio transcurrido desde el cese del tratamiento con amoxicilina-clavulánico hasta el comienzo de los síntomas oscila entre 13 días y 6 semanas (6); en nuestro caso el tiempo fue de 7 días. La recuperación completa de las alteraciones analíticas puede variar de 1 a 4 meses (6), aunque es importante señalar que en una minoría de los pacientes la recuperación puede ser más tardía, lo que no debe hacernos descartar esta etiología (2). Aunque la mayoría de los casos de toxicidad hepática por amoxicilina-clavulánico tienen un curso benigno, algunos estudios recomiendan una determinación de pruebas de función hepática a las dos semanas del inicio del tratamiento y otra a las 4-5 semanas de concluir el mismo (7) para reconocer, de forma precoz, los posibles efectos adversos hepáticos que puedan producirse y evitar administraciones futuras.Se han asociado varios factores que aumentan el riesgo de toxicidad hepática por amoxicilina-clavulánico: sexo masculino, edad (a partir de la segunda década de la vida) y tratamiento prolongado (1,2), esto último en relación con el cúmulo de metabolitos tóxicos (8); nuestro paciente presentaba dos de estas características: sexo y edad.Aunque la toxicidad hepática por amoxicilina-clavulánico es un efecto secundario poco frecuente de este fármaco, se da la circunstancia de que en la actualidad es uno de los antibióticos más frecuentemente prescritos, por lo que este uso generalizado y a veces indiscriminado, puede incrementar el número de casos de toxicidad.
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