This essay is based on a question that seeks to find a critical deepening around the investigation of a type of rationality that inhabits modern education and that in our research we have chosen to call evaluative reason. The Deleuzian reflection on the control societies, subsidiary of Foucault’s notion of disciplinary societies, will be a phagocyte reference point to introduce us to the question of this type of rationality that, as we analyze here, also harbors characteristics of the so-called pastoral power in intimate relationship with the contemporary configurations of capitalism. It will be offered a provisional definition of the evaluative reason, in the light of the own analyzes that involve notions such as those of discipline, technologies of government, normalization and biopolitics–which we will rethink here–to advance in a more complex look that relates the ethical, the political, the social, and the economic, with the philosophical-educational, aspects of our approach as a way of approaching the nexus that this rationality sketches between education and the current control societies. In this way, the evaluative reason will open up as an ethical-political problem that is fundamental to address since: a) it has been historically configured in such a way that it crosses and bases practices, technologies and devices; b) with more and more subtle vigilance and increasingly justified sanctions in their “pedagogical” eagerness, it stands between monitoring and calculation that reduce all power of otherness; c) it has a racist dimension whose versatility allows it to move between normalization and normation; d) it helps multiply the market model by setting procedures that place the subject as a self-entrepreneur. Finally, the lines of this analysis hope to become clues to elucidate new forms of resistance and re-existence against the contemporary evaluative compulsion.
Estas páginas esbozan algunas claves de investigación que buscan trazar un horizonte interpretativo a propósito de una crítica de la razón evaluadora y sus implicancias ético-políticas en educación. De aquí la necesidad de analizar las relaciones de dicho tipo de racionalidad con la alteridad, preguntándonos por sus lugares y efectos en los procesos educativos. Por ello se propone una primera definición de esta racionalidad, para luego caracterizarla y profundizarla críticamente, lo cual permitirá identificar distintas formas de plantearse el problema de la evaluación (del otro) —históricamente abordado desde miradas ajenas al campo de la filosofía de la educación y de la ética como ramas de la filosofía práctica—. Nuestro planteo pone en cuestión las retóricas técnicas, psico-didácticas o sociológico-pedagógicas, que hace siglos se preguntan cuál sería la mejor forma de evaluar o directamente coadyuvan a naturalizar la razón evaluadora. Finalmente, intentamos pensar gestos micro-políticos de una potencial educación no-evaluadora y, por tanto, no-fascista.
La indagación que aquí se plantea intenta poner en evidencia los vínculos y complicidades entre dos tipos de racionalidad que entendemos como dos caras de la colonialidad pedagógica: la razón evaluadora y la razón punitiva. Tal como pensamos este asunto, resulta difícil entender la una sin la otra operando de algún modo más o menos visible dependiendo el caso. Por ello, explorar dichos vínculos en algunos discursos pedagógicos del siglo XX aportará elementos contundentes de análisis que mostrarán hasta qué punto están relacionadas y nuestro presente se encuentra atravesado por ellas. Así, podremos observar cómo la razón punitiva forma parte de la razón evaluadora que no solo judicializa los vínculos pedagógicos al interior de instancias educativas, sino que su afán inclusivo también se encuentra signado por diferentes formas de violencia, crueldad y castigo. Esto también invita a pensar la importancia de interrumpir la sinonimia instalada por la modernidad/colonialidad entre educación y evaluación, como modo principal de resistencia a los regímenes pedagógicos que proto-criminalizan lo considerado “anormal”, condenan el error y juzgan toda potencia de alteridad. Por último, se plantea una defensa del error como parte constitutiva de lo que somos y como tentativa para pensar una justicia (pedagógica) de alteridad.
El presente ensayo intenta explorar las diferentes formas que toma la razón evaluadora y sus presupuestos en los escenarios del juicio educativo, considerando algunas de las distintas tradiciones literarias, filosóficas y pedagógicas de las que se nutre y que contribuyen a su expansión actual. La travesía propuesta, que busca alimentar una crítica de la razón evaluadora, recorrerá algunas obras en las que se abordan elementos constitutivos de la racionalidad en cuestión. De esta manera, al tiempo que se detectan algunas problemáticas en la progresión (y contradicción) argumental pro-evaluativa de algunas obras del campo filosófico-educativo, se ofrecen contraposiciones que permitan trazar un horizonte otro para interrumpir la sinonimia que la modernidad/colonialidad instaló entre educación y evaluación. Dicho cometido no podrá realizarse sin considerar ciertas posiciones ético-políticas que alimenten los movimientos de resistencia aquí explorados. Por último, los pensamientos que se vuelcan en este escrito intentan contribuir a desnudar las lógicas crueles más solapadas que suelen imperar en enunciados cuyos efectos performativos infligen violencias en nombre de determinada moral. Esa moral involucra imperativos categóricos que exigen, entre otros aspectos, medidas específicas, tactos invasivos y ocupaciones (perversas) del lugar de otros, lo cual desfigura la función docente en una mera pragmática enjuiciadora y hace del enseñar una mera razón para evaluar.
en las concepciones de la subsidiariedad del Estado. Aunque permiten ensayar propuestas alternativas particulares regionales y la apertura de un amplio margen de acción a las jurisdicciones provinciales.
scite is a Brooklyn-based organization that helps researchers better discover and understand research articles through Smart Citations–citations that display the context of the citation and describe whether the article provides supporting or contrasting evidence. scite is used by students and researchers from around the world and is funded in part by the National Science Foundation and the National Institute on Drug Abuse of the National Institutes of Health.