“…Su utilización en la formación, como señalan diferentes autores (Wu, Lee, Chang y Liang, 2013;Carozza, Tingdahl y Gool, 2014;Cubillo, Martín, Castro y Colmenar, 2014;Jeřábek, Rambousek y Wildová;Barba, Yasaca y Manosalvas, 2015;Jamali, Fairuz, Wai y Oskam, 2015;Fonseca, Redondo y Valls, 2015;Han, Jo, Hyun y So, 2015;Santos, Wolde, Taketomi, Yamamoto, Rodrigo, Sandor y Kato, 2016), permite diferentes posibilidades, por ejemplo: a) eliminar información que pueda entorpecer la captación de la información significativa por el estudiante; b) aumentar o enriquecer la información de la realidad para hacerla más comprensible al estudiante; c) poder observar un objeto desde diferentes puntos de vista, seleccionando, el estudiante, el momento y posición de observación; d) potenciar el aprendizaje ubicuo; e) crear escenarios "artificiales" seguros para los estudiantes como pueden ser laboratorios o simuladores; f) enriquecer los materiales impresos para los estudiantes con información adicional en diferentes soportes; g) y convertir a los alumnos en "proconsumidores" de objetos de aprendizaje en formato RA. A estas características debemos incorporarles que puede ser utilizada en diferentes disciplinas y en distintos niveles educativos (De Pedro Carracedo y Méndez, 2012;Bressler y Bodzin, 2013;Prendes, 2015;Cabero y García, 2016), aunque se debe reconocer que es en la formación universitaria donde se está utilizando con mayor frecuencia (Lin, Been-Lirn, Li, Wang y Tsai, 2013).…”