“…Esta transformación conllevó cambios importantes y sustanciales dentro de la narrativa, en términos estructurales y de serialidad, alejándose del modelo de las telenovelas clásicas diurnas (Martín-Barbero, 2002;Mazziotti, 1996Mazziotti, , 2009 y acercándose a la soap opera norteamericana (Allen, 1995;Harrington, 2016;Matelski, 1999). Sin embargo, Verdades Ocultas hoy no solo se aleja de los tropos de la telenovela clásica, sino que ha trastocado la serialidad inherente a su formato (Martín-Barbero & Muñoz, 1992;Valenzuela, 2012): está dividida en temporadas (ver Tabla 10) y su foco recae en las intrigas, el misterio y el suspenso/thriller, y no en la historia de amor original, sino que en el surgimiento de un big evil o gran villano que va en crescendo, eliminando o haciendo desaparecer, primero Agustina como Amelia, luego Leonardo, alias el Santo, luego Eliana, luego la misma Rocío, y finalmente, el hijo de Eliana, Mateo.…”