“…A nivel municipal han prosperado intentos de mejora de la gestión del servicio de agua y saneamiento con resultados dispares que sin embargo poco a poco contribuyen a incrementar la calidad de la misma(Domínguez y Cárdenas, 2017;Bizerra et al, 2018;Mballa y Espericueta, 2018).En el Perú existe una amplia normatividad sonre la gestión del agua y el saneamiento, y como política pública macro se cuenta con el Plan Nacional de Agua y Saneamiento (Congreso de la República, 2017), donde se precisa que además de dotar a las comunidades de obras de infraestructura product de la inversión social, es también necesario cuidar la calidad de los servicios con las distintas audiencias de manera que se pueda mejorar la toma de decisiones de las instituciones a distintos niveles de gestión pública en pro de la construcción del estado de bienestar. A pesar de los esfuerzos normativos e Perú siguen registrándose indicadores que evidencian un sistema de gestión precario del recurso, donde se evidencian presupuestos e infraestrucura insuficiente, con fallas recurrentes en la frecuencia y calidad del servicio, lo cual tiende a ser más recurrente en poblaciones rurales o en los cinturones marginales de las principales ciudades(Bizerra et al 2018), no escapando esto de la realidad de muchos estados latinoamericanos(Moscoso y Silva, 2017;Borges, 2021).En Perú en el marco de la descentralización administrativa, la gestión del agua y el saneamiento se realiza a través de operadoras que tienen la denominación de empresas prestadoras de servicios (EPS). Estas pueden ser cualquier entidad…”