“…Así mismo, el éxito de la FP Básica conlleva seguir trabajando en favor de la calidad organizativa y docente de esta etapa (González-González y Cutanda-López, 2020), de la ampliación de la oferta de estos programas, dotándolos de contenidos significativos (Sarceda-Gorgoso, et al, 2017) y de su adaptabilidad a un colectivo de alumnado con un perfil caracterizado por la vulnerabilidad socioeducativa -marcada, entre otros muchos aspectos, por entornos sociofamiliares desfavorecidos (Márquez y Gualda, 2014;Vallejo, 2017)-o por una elevada falta de motivación y de expectativas académicas y laborales (Olmos-Rueda y Mas-Torrelló, 2013;Pérez et al, 2016). En definitiva, se trata de mejorar y repensar la FP Básica en términos de inclusión, concepto que «va ligado al de éxito escolar, y sin una respuesta educativa que tenga en cuenta la heterogeneidad y pluriculturalidad del alumnado, y sus circunstancias comunitarias, no habrá éxito entre los alumnos, sobre todo de aquellos más vulnerables» (Escarbajal Frutos, Essomba Gelabert y Abenza Pastor, 2019, p. 81).…”