La investigación intercultural plantea desafíos éticos complejos. Por ello, en el año 2019 se desarrolló un modelo de análisis de conflictos éticos en colaboración con más de 200 investigadores de más de 30 países. Este modelo parece pertinente para América Latina. El modelo propone que los desafíos éticos (y sus soluciones) dependen de cuatro factores presentes durante todo el proceso de investigación: el lugar donde se realiza la investigación, las personas involucradas, los principios éticos relevantes y los precedentes de investigaciones pasadas. En este artículo hacemos un análisis de la aplicabilidad de dicho modelo mediante dos análisis de casos referidos a la investigación con pueblos originarios en Chile y al trabajo con latinos migrantes en la frontera México-Estados Unidos.