“…Se relacionan diversos elementos que coexisten con estas movilidades; objetos, cuerpos, paisajes, emociones, etc., que no siempre son considerados por los enfoques tradicionales de los estudios de movilidad. Nos situamos en el archipiélago de Quinchao, sur austral de Chile, territorio configurado por pequeñas islas que dan cuenta de relaciones espacio-temporales que conectan con el mundo moderno y que se caracterizan por lugarizaciones y temporalidades diferentes a la de los espacios urbanos (Lazo y Carvajal, 2017). Desde la movilidad como enfoque (Jirón & Imilan, 2018), fue posible observar como distintas combinaciones e intermodalidades, en diferentes infraestructuras (Tironi, 2009), desde las lanchas, buses, botes, puentes, ferry, muelles, animales y tecnologías, hasta emociones y sentimientos, jugaban un rol trascendental en la movilidad cotidiana.…”