“…Esas acciones contribuyeron a extender esta línea de investigación a los espacios educativos (Salvador-Oliván & Agustín-Lacruz, 2015:2) en sus distintas etapas, desde el mundo escolar (Gil, 2011;Villalpando, 2014) hasta el campus universitario (Larrañaga, Yubero & Cerrillo, 2008;Castro et al, 2008;Cornejo et al, 2012;Jiménez, Beltrán Chávez, 2018;Larrañaga, 2004;Nava & García, 2009). Estudios desde diversas perspectivas y enfoques: unos, vinculados a los procesos de compresión lectora (Guzmán-Simón & García-Jiménez 2014), rendimiento académico (Galicia & Villuendas 2011), tipologías de lecturas (Fallas et al, 2014), elementos motivacionales (Díaz, & Gámez (2003), consumo de medios de comunicación (García & Díaz, 2012) y entornos digitales (Jarvio, 2011;Cordón, 2016;Moya & Gerber, 2016;Rodríguez, 2017), etc. Y otros centrados en la elaboración de propuestas de intervención, a través de planes, programas y proyectos de estrategias metodológicas orientados a fomentar el hábito lector en los distintos ciclos formativos (Lasarte, 2012;Núñez, 2014).…”