La constante macabra : o cómo se desalienta a generaciones de alumnos

Abstract

Contrariamente a lo que ocurría en la Antigüedad, hoy las matemáticas, para la mayoría de los estudiantes en etapa escolar, no solo han dejado de ser una fuente de verdadero placer intelectual, sino que se han convertido en una materia difícil, en un terreno a menudo oscuro e impenetrable. Ello es motivo de genuina preocupación, más aún si tenemos en cuenta que las disciplinas matemáticas sustentan los avances tecnológicos del mundo actual, al tiempo que brindan las herramientas para la aplicación de diversas técnicas a los numerosos problemas que deben afrontar las sociedades en su búsqueda de desarrollo. Así, este libro se encuentra dirigido, en particular, a los profesores de matemáticas, quienes, asumiendo su real tarea formativa, han de desplegar esfuerzos consistentes para suscitar en sus alumnos la motivación necesaria no solo para adquirir conocimientos sino, también, para embarcarse en la aventura continua que representa el trabajo intelectual. La constante macabra constituye, además, un llamado a la reflexión, cuando no a la acción, de aquellas personas que son responsables directas del diseño de programas curriculares y de la ejecución de políticas educativas en general.

Conceptually expanding the curricular alignment model to understand the coherence of the graded summative assessment practices of teachers: issues and perspectives

“…Its ancillary functions include classifying, contextualizing and even informing" (Hadji, 1989, cited by Mottier Lopez, 2015Translator's translation). Despite the fact that it raises important pedagogical issues for students and that research has pointed to its role in academic failure (Antibi, 2003;Crahay, 2007;Guskey, 2011), it has, paradoxically, received less attention in Frenchlanguage research, whence the need to investigate it.…”

Resserrer ou justifier les classements ? L'évaluation scolaire entre deux injonctions

“…Dans ce cas, la note chiffrée, les calculs de moyennes et les distributions gaussiennes qu'elles naturalisent (un peu de bons élèves, une majorité de moyens, et quelques relégués) sont à proscrire, ou au moins à repousser au-delà de la formation de base. L'échelle de notation est considérée comme la « constante macabre » d'une pédagogie où l'échec est plus qu'une fatalité : une nécessité (Antibi, 2003). Pas de notes sans mauvaises notes ; pas de mauvaises notes sans sanction à l'arrivée ; donc pas d'évaluation ainsi codifiée sans redoublements annuels, filières séparées, ségrégation scolaire, discrimination culturelle et sociale plus ou moins assumée (Merle, 2007(Merle, , 2012.…”