“…13 Su etiopatogenia es sumamente controversial, incluso desde los primeros reportes realizados por Williams y Schrum en 1951 14 donde fue denominado como «fibrosarcoma congénito», así como por Sir Arthur Stouth 15 en 1954 como una «fibrosis congénita generalizada» se reconocía a esta entidad como un fenómeno de comportamiento biológico complejo; en estudios recientes, diversos autores proponen hasta tres posibles teorías para la génesis del miofibroma, una traumática, 15 una neoplásica 16,17 y finalmente una en la cual existe asociación a algún folículo dental. 3,13 Sin embargo, se reconoce que su incidencia familiar es sumamente baja, 8,13,18,19 por lo cual son más importantes otros factores en su histopatología que únicamente los genéticos en su etiología. 8,17,18,20 Su comportamiento clínico es variable, 21 desde masas firmes de color rojo a rosado que pueden crecer tanto que interfieren en la oclusión e incluso producen obstrucción de la vía aérea 22,23 a lesiones totalmente asintomáticas de crecimiento lento y componentes intraóseos clínicamente difíciles de percibir, aunque en estos casos los pacientes pueden desarrollar parestesia, desplazamiento de folículos dentales y/o expansión cortical.…”