Este artículo explora una serie de acciones reaccionarias digitales antifeministas conducidas por grupos misóginos, xenófobos, radicales antifeministas y/o partidos populistas de extrema derecha. Las principales estrategias de fascismo digital incluyen acciones de desinformación, como la manipulación de datos o la propagación de bulos sobre cuestiones de género y personajes públicos femeninos; acciones que generan un clima hostil y de confrontación, como el troleo en los debates de forma intencional, la introducción de discursos polarizados o el cultivo de discursos de odio en foros misóginos cuasi cerrados; acciones de acoso cibernético o acoso de género online, como insultos y amenazas dirigidos contra las mujeres o ataques contra webs, perfiles o servidores que producen contenido feminista, entre otras. Finalmente, se recogen una serie de iniciativas y estrategias promovidas por colectivos e instituciones para frenar el avance del fascismo digital y promover una Internet segura y libre para todas.