“…Aunque en los países de América Latina hay escasez de estudios sobre educación emocional y no se ha identificado ningún grupo de investigación especializado en esta área (Aguinaga & Sánchez, 2020;Valdiviezo-Loayza & Rivera-Muñoz, 2022), existen evidencias de que esta práctica se ha implementado en forma transversal en varios países de la región, incluyendo México, Colombia, Chile, Costa Rica, Perú, Argentina, Brasil, Uruguay, Honduras, República Dominicana, Bolivia y Ecuador (Arias et al, 2020). La educación emocional se ha utilizado en estos países para disminuir situaciones de riesgo y reducir la deserción escolar (UNESCO, 2020; UNICEF, 2011), aunque el profesorado que la imparte lo hace de manera intuitiva, ya que carece mayor interés por el diseño e implementación de programas de educación emocional centrados en diferentes áreas, especialmente en el contexto educativo, y dirigidos a estudiantes de todos los niveles educativos (Barrientos-Fernández et al, 2020;García-Tudela & Marín-Sánchez, 2021;Sauli et al, 2022;Torrijos et al, 2018).…”