En Madrid, bajo el sello editorial de la Compañía Iberoamericana de Publicaciones, se imprimió la primera obra de ficción del escritor mexicano Martín Luis Guzmán : Eláguila y la serpiente, en 1928 1 . Antes había publicado dos libros de ensayos, La querella de México (Madrid 1915) y A orillas del Hudson (México 1920), además de numerosos artículos para revistas mexicanas como Nosotros y Savia Moderna. Los tres textos comparten un tema: la Revolución Mexicana (1910)(1911)(1912)(1913)(1914)(1915)(1916)(1917)(1918)(1919)(1920) y las consecuencias que, según el autor, produjo en elámbito social, cultural y político del país. El tema de la Revolución Mexicana se convierte en una constante en la obra de Guzmán y Eláguila y la serpiente representa, en este conjunto, el primer acercamiento desde la ficción con un sesgo autobiográfico. La autoridad del "yo" testigo busca escribir la trama que le dará forma al acontecimiento histórico para así convocar el nacimiento del México moderno y, por otro lado, inscribir al yo intelectual en ese proceso.Quiero abrir esta reflexión con una cita del texto donde se narra el primer encuentro entre Guzmán-personaje y Francisco Villa en Ciudad Juárez en 1913: Y de este modo, por más de media hora nos entregamos a una conversación que puso en contacto dosórdenes de categorías mentales ajenas entre sí. A cada pregunta o respuesta de una u otra parte se percibía que allí estaban tocándose dos mundos distintos y aun inconciliables en todo, salvo en el accidente casual de sumar sus esfuerzos para la lucha. [. . .] Veníamos huyendo de Victoriano Huerta, el traidor, el asesino, eíbamos por la misma dinámica de la vida y por cuanto en ella hay de más generoso, a caer en Pancho Villa, cuya alma, más que de un hombre, era de un jaguar: jaguar en esos momentos domesticado por nuestra obra [. . .] Horas después, al atravesar el río hacia territorio de los Estados Unidos, no lograba yo libertarme de la imagen de Villa tal cual acababa de verlo; y a vueltas con ella, vine a pensar varias veces en las palabras que Vasconcelos nos había dicho en San Antonio: "¡Ahora sí ganamos!"¡ Ya tenemos hombre! ¡ Hombre!" (233).