“…Las políticas de educación ambiental, o de educación para el desarrollo sostenible, suelen carecer de un análisis conceptual profundo y explícito del fin, los medios, la visión de ser humano y la relación que estas ideas guardan con el ambiente, a pesar de que subyacen como supuestos implícitos entre los actores encargados de diseñarlas y ejecutarlas (González-Gaudiano, 2005;Hesselink, van Kempen & Wals, 2000;Navarro, 2011;Olivos & González, 2005). Además, con frecuencia se observan actividades de educación ambiental que mezclan azarosamente objetivos para la formación de valores, el aprendizaje de contenidos, y la promoción de comportamientos ecológicos, sostenibles y/o proambientales, indistintamente y sin un análisis crítico de los mismos (O'Donoghue, 2006;Olivos, 2006;Olivos & Moyano, 2004).…”