“…De forma que quedan obsoletos los métodos de enseñanza tradicionales con una base memorística, donde el estudiante solamente escucha las explicaciones y los ejemplos con una participación regulada y poca motivación (Topîrceanu, 2017). Molano et al, (2019) y Calabor et al, (2018 concuerdan en que mientras más activo sea el estudiante en su propio aprendizaje mejores resultados pueden esperarse del proceso formativo, en el que influyen además las exigencias de los constantes cambios socioeconómicos, culturales y sobre todo tecnológicos (Rodríguez et al, 2012). Específicamente la tecnología ha generado plataformas virtuales de aprendizaje, como Moodle o Chamilo, que transforman la docencia con nuevos recursos didácticos donde se pueden vincular los conceptos con la realidad (Calabor et al, 2018).…”