“…Dentro de estos, la participación constituye su principal razón de ser (Carpentier, 2011), si entendemos que en los medios convencionales dicha participación se limita a un mero feedback puntual, instrumental y de ajuste de cara a mejorar el impacto en las audiencias (Beltrán, 2007). En esta línea, el ámbito se ha caracterizado por facilitar canales de expresión a colectivos que sufren discriminación o vulnerabilidad por distintas razones: personas migrantes y refugiadas (Council of Europe, 2018), mujeres (Tornay, 2017;Pérez Martínez, 2020), población reclusa (Contreras-Pulido, Martín-Pena y Aguaded, 2015), o personas sin hogar (Resende, Pardo y Nielsen, 2017). Otros estudios han destacado su importancia en la resolución de conflictos (Pérez Martínez, 2020;Rodríguez, 2015), su potencial terapéutico en el campo de la discapacidad y la salud mental (García y Meda, 2012), o su papel en la protección y promoción de lenguas y culturas minorizadas (Lema-Blanco y Meda, 2016).…”