En el presente trabajo analizaremos los procedimientos metodológicos implementados por Aristóteles en el fragmento 16 de Sobre la filosofía, en los que postula cierta entidad que caracteriza como divina y eterna. Para dar cuenta de esa entidad, Aristóteles se vale de un argumento factible de dividirse en tres momentos: en el primero, presenta el razonamiento por el cual se debe aceptar su eternidad; en el segundo, establece la identificación entre lo divino y lo óptimo y se focaliza en las posibles causas por las cuales algo cambia, y, finalmente, sobre la base de este último resultado, en el tercer momento, se centra en demostrar que lo divino es inmutable. Para hacer esto, se vale de lo que suele llamar “silogismos a partir de hipótesis”. Nuestro objetivo es examinar el uso dialéctico de este tipo de silogismos, que en la primera parte del fragmento son equiparables con lo que en la terminología de la lógica actual conocemos como modus ponens y, hacia el final del fragmento, adquieren la forma de una reducción a lo imposible.