“…Históricamente, la política ecuatoriana se ha caracterizado por una representación política más bien restringida y un vigoroso populismo (o movimientos populistas de masas), los cuales han favorecido un tipo de participación política que, en ocasiones, tucionalizada mediante la que un mandatario electo puede ser destituido por el pueblo si no cumple con sus promesas de campaña (Pallares, 2006, p. 22), es un ejemplo de un compromiso bastante débil con las reglas democráticas formales. Ecuador también es conocido por sus partidos políticos personalistas, clientelistas, orientados al corto plazo, indisciplinados y no ideológicos; y, un sistema de partidos fragmentado, atomizado, fracturado regionalmente y débilmente institucionalizado (Alcántara y Freidenberg, 2001;Coppedge, 1998;Pachano, 2001;. Según Pachano (2001, p. 31), los partidos ecuatorianos parecen estar atados al clientelismo, una dinámica a la que los partidos solo En 1996 se aprobó una reforma constitucional para limitar la injerencia indesu apoyo al presidente (Mejía-Acosta y Polga-Hecimovich, 2010, p. 78).…”