La carrera universitaria suele ser muy difusa cuando no hay un horizonte al cual deseas llegar o cuando no hay un motor de inspiración para avanzar. Viví de esta manera la mayor parte de mi carrera, hasta que tuve la suerte de conocer al profesor Gabriel Rodríguez y pude encaminarme hacia la ruta de la investigación. Estimado profesor, como siempre suelen iniciar mis correos, quisiera darle mis más profundos agradecimientos por guiarme, apoyarme y corregirme en mi formación como economista. Quiero darle las gracias por todas las amenas charlas que nada tenía que ver con la tesis, pero que eran necesarias para que yo no enloquezca. Asimismo, quería darle las gracias por todas las oportunidades que me ha brindado, las cuales me han permitido extraer lo mejor de mí. Pero por sobre todo quería agradecerle por ser mucha más que un asesor, sino un mentor para mí.