La conquista de América, interpretada como una empresa económica, es un tema poco trabajado y aun menos difundido. Biografías, cuestiones militares, política, sociedad y religión han sido objeto de mayor estudio y reflexión. En especial la sombra de Hernán Cortés sigue eclipsando nuestra interpretación de la conquista, por lo que parece necesario releer y reapreciar los factores económicos y sociales que facilitaron su empresa. El objetivo general de este artículo es matizar la idea de riqueza omnipotente de Cortés y develar el papel que desempeñaron los burócratas-empresarios de la isla Fernandina y algunos comerciantes en el financiamiento de la expedición cortesiana. Tal apoyo derivó en desavenencias personales y pleitos judiciales que hoy permiten esbozar una interpretación de los hechos más orgánica, donde la articulación social y empresarial resulta más poderosa que la voluntad de un solo hombre.