“…Paralelamente, en 1640 hallamos los primeros intentos de reelaboración del teatro español por parte de autores no profesionales que ponían en escena sus versiones en casas privadas, cofradías religiosas y academias. En Roma, por ejemplo, entre 1640 y 1648, el abogado neerlandés Teodoro Ameyden, 'agente' del rey de España en la ciudad pontificia, representó algunas traducciones de comedias españolas en un teatro construido en su propia residencia: Il can dell'ortolano, de El perro del hortelano de Lope de Vega, en 1642; La dama frullosa, derivada de Los melindres de Belisa del mismo autor, el año siguiente; La dama spirito, adaptación de La dama duende de Calderón recitada en 1645, entre otras (Profeti, 1996: 33-51;Marchante Moralejo, 2007: 77-88;Grilli, 2016). Al mismo tiempo, en Florencia, movido por el interés que le suscitaban las representaciones de los cómicos profesionales, Giacinto Andrea Cicognini -considerado el máximo representante del teatro italiano de derivación española-iniciaba su labor de adaptación de comedias españolas en el seno de las cofradías religiosas y academias de las que era miembro.…”