“…En este sentido, los autores que han utilizado el teatro como metodología educativa coinciden en afirmar que aporta a los niños vivencias de distintos sucesos simulados que fortalecen su personalidad, por ello defienden y muestran la aportación del teatro al desarrollo integral de la persona (García-Huidobro, 2016;Guillén, 2009;Motos, 2014;Onieva, 2011;Orozco, 2012;Porto y Kafrouni, 2013;Robles y Civila, 2010;Tejerina, 2005;Vieites, 2014). Otras aportaciones hacen referencia a la funcionalidad del teatro en el ámbito de la competencia social y la inclusión (Díaz-Aguado, 2004;Guillén, 2009;Morán, Ruiz y Marín, 2016;Motos, 2009;Palacios, 2009; Quirante y Curiel-Marín, 2014). La práctica teatral también se ha destacado por su aportación a la mejora de la autoestima (Alcántara, 2005;Bruner, 2004;Esteban, 2009;Ferkany, 2008;Navarro, 2009;Onieva, 2011; Rocha, Levitan, Piana, Velarde y Vieira, 2011) y a la creatividad (Laferrière y Motos, 2003;Oltra, 2015;Raya, 2015).…”