“…El público escolar de las favelas, compuesto mayoritariamente por personas negras (pretos y pardos) 2 , está acorralado por un sistema de opresión con raíces esclavistas y coloniales, que los priva de sus derechos básicos y los somete a una lógica de criminalización que ha significado su exterminio físico y simbólico (Gomes;Laborne, 2018;Sorj, 2016;Veillette;Nunes, 2017). Este proceso de criminalización ha generado muerte, exclusión y, a su vez, profundas heridas emocionales que se manifiestan en sentimientos de inferioridad, miedo y deshumanización.…”