EDITORIALFisiológicamente, una de las principales funciones de la coroides es nutrir (aporte de O 2 y glucosa) a las capas más externas de la retina (fundamentalmente a los fotorreceptores y al EPR). No obstante, la coroides parece estar perfundida en una proporción que excede de las necesidades nutritivas, sugiriéndose por tanto, un papel adicional para la alta tasa de flujo coroideo. Así se piensa que el flujo sanguíneo coroideo podría por un lado ayudar a mantener la regulación de la PIO y por otro tener una acción termorreguladora mediante los siguientes mecanismos: disipando el calor generado durante el proceso de fototransducción visual, previniendo el sobrecalentamiento de la retina externa durante la exposición a la luz brillante, y por último calentando las estructuras intraoculares que pueden enfriarse por la exposición con el medio externo en condiciones extremas.En los últimos años se ha puesto de manifiesto que en la regulación de este flujo sanguíneo coroideo tiene un importante papel el control nervioso.La neurorregulación del flujo uveal está gobernada por numerosos mecanismos. De forma directa, esta regulación se llevaría a cabo a través de la inervación perivascular, que permitiría un balance entre la vasoconstricción y vasodilatación necesarias para el mantenimiento del flujo sanguíneo; mientras que de forma indirecta se realizaría a través de las fibras paravasculares, tanto por medio de neurotransmisores clásicos, como por neuropéptidos liberados por las terminaciones simpáticas, parasimpáticas y sensitivas del estroma, y factores difusibles como el óxido nítrico.En la coroides humana se ha observado que tanto las fibras perivasculares como las paravasculares se marcan con anticuerpos contra neuropéptidos pro- La estimulación simpática, causa una marcada vasoconstricción coroidea y una caída de la presión intraocular debido a una disminución en el volumen sanguíneo ocular (reducciones del flujo coroideo de hasta el 60%). Esta respuesta fundamentalmente es llevada a cabo por la estimulación de receptores α-adrenérgicos localizados en las células musculares lisas de los vasos. La inervación simpática, hace que la coroides esté bajo un tono vasoconstrictor, sugiriéndose que éste podría proteger a la retina y a la cabeza del nervio óptico de la hiperperfusión y rotura de las barreras oculares, que se pueden producir en ciertas circunstancias como por ejemplo la hipertensión arterial.El papel de la inervación parasimpática está peor definido que el del sistema simpático. Sin embargo, se ha observado que la coroides responde a la estimulación colinérgica parasimpática (que le llega vía nervios ciliares cortos) mediante vasodilatación. Esta vasodilatación explicaría el incremento reflejo del flujo coroideo inducido por la luz.Recientemente se ha postulado que también los nervios periféricos sensitivos juegan un importante papel en la regulación del flujo coroideo. Así, la SP, podría tener una función víscero-motora regulando el flujo coroideo durante la irritación ocular. Asimismo a la CGRP se le h...
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