RESUMENFundamento: La pérdida de autonomía a edades avanzadas no se asocia únicamente con el envejecimiento sino también con características del entorno físico y social. Investigaciones recientes han demostrado que la red social, la integración social y la participación, actúan como predictores de la discapacidad en la vejez. El objetivo de este trabajo es analizar el efecto de la red social sobre el nivel de autonomía (en términos de discapacidad instrumental y básica) en etapas iniciales de la vejez.Métodos: La fuente de datos fue la primera oleada de la encuesta "Procesos de Vulnerabilidad en la Vejez", realizada en 2005 a una muestra de 1.250 individuos que, tras la depuración posterior de los datos, resultó en un tamaño muestral final de 1.244 individuos. La población objeto de estudio fue la cohorte entre 70 y 74 años residente en grandes áreas urbanas (Madrid y Barcelona) y no institucionalizada. Se midió discapacidad para el desarrollo de actividades básicas de la vida diaria (ABVD), y actividades instrumentales de la vida diaria (AIVD). Los aspectos estructurales de las relaciones sociales se midieron a través de la diversidad de red social y la participación, para lo que se construyó un indicador global de diversidad de red social Resultados: Por cada unidad que disminuye el indicador de diversidad de red, la probabilidad de padecer una discapacidad instrumental frente a no padecer ningún tipo de discapacidad, se multiplica por 0,97 (IC95% 0,95-0,99), y la probabilidad de padecer una discapacidad básica se multiplica por 0,91 (IC95% 0,87-0,94) Conclusiones: Al igual que en otros ámbitos geográficos, existe una relación estadísticamente significativa entre el indicador de diversidad de red social utilizado y la discapacidad en sus dos niveles de gravedad. Por tanto, la diversidad de la red social parece mostrar un efecto protector frente a la discapacidad entre la población urbana al comienzo de la vejez.Palabras clave: Envejecimiento. Relaciones sociales. Redes sociales. Discapacidad. Envejecimiento saludable. ABSTRACT Protective effects of social networks on disability among older adults in Madrid and Barcelona, Spain, in 2005Background: The loss of autonomy at advanced ages is not only associated with ageing, but also with the characteristics of the physical and social environment. Recent investigations have shown that social networks, social engagement and participation act like predictors of disability among the elderly. To analyze the effect of social networks on the level of autonomy (instrumental and basic disability) at initial stages of the old age.Methods: The source of data is the first wave of the survey "Processes of Vulnerability among Spanish Elderly", carried out in 2005 to a sample of 1,250 individuals? with the later purification of the data, it was in a size final sample of 1.244 individuals? The population object of study is the cohort aged 70 to 74 years in metropolitan areas (Madrid and Barcelona) and not institutionalized. Disability is measured by the development of basic activi...
EDITORIALSegún la definición de la OMS, se considera que un paciente tiene baja visión cuando su agudeza visual es inferior a 0,3, o su campo visual es menos o igual a 20 grados. Estos pacientes tienen derecho a la obtención de instrumentos ópticos auxiliares que les permitan aprovechar su visión bajo condiciones óptimas de iluminación y a recibir un adecuado adiestramiento para emplear su visión residual. Para ello se crearon las consultas de baja visión donde se realiza la rehabilitación visual. La OMS advierte que al menos un 1% de la población mundial, pero hasta un 2% de la población de la Unión Europea, sufre una deficiencia visual grave, incluyendo a estas personas en su clasificación de minusvalías en calidad de personas con baja visión.En este contexto el 1 de enero de 2007 ha entrado en vigor la ley 39/2006 de promoción de la autonomía personal y atención a personas en situación de dependencia, conocida por todos como «la ley de dependencia».En el ámbito general se puede decir que esta ley tiene gran importancia porque reconoce un interés jurídico digno de protección, como es la promoción de la autonomía personal y la atención a las personas en situación de dependencia.Además configura un nuevo derecho social universal y subjetivo para la ciudadanía, modificándose la posición jurídica de los ciudadanos frente a la prestación de servicios sociales.Mientras que en la mayoría de las leyes de servicios sociales de las diferentes comunidades autónomas, se reconoce el derecho a solicitar la prestación y a obtener una respuesta motivada a la petición, esta ley capacita a los ciudadanos residentes en el territo-rio español que por razón de edad, enfermedad, o discapacidad, posean importantes dificultades para realizar las actividades básicas de la vida diaria (ABVD), para que puedan exigir la prestación de una serie de servicios que han sido recogidos en catálogos. Estos catálogos de servicios identifican las prestaciones básicas, a las que tiene derecho un ciudadano y constituyen una obligación para la administración.Hasta ahora, y con la legislación previa a esta ley, el Estado de Bienestar se sostenía sobre tres pilares (1) el Sistema Nacional de Salud (1986), la educación básica, obligatoria y gratuita (1985) y las prestaciones económicas, fundamentalmente pensiones, tanto contributivas como no contributivas (1990); a partir de la ley de dependencia a estos pilares se les unirá un cuarto que es el Sistema Nacional de Dependencia, constituyéndose como un medio para mejorar en la calidad de vida de las personas que dependen de otros para realizar las Actividades Básicas de la Vida Diaria (ABVD).La nueva Ley de promoción de la autonomía personal y atención a personas en situación de dependencia es la primera ley en España que realmente une lo social con lo sanitario. En otros países europeos como Gran Bretaña, la salud es considerada un servicio social (2), y además su experiencia en este campo es mucho más amplia teniendo en cuenta su trayectoria histórica.Desde hace varios años en todas las comunidades autón...
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