El presente estudio intenta poner de relieve la posición filosófica de don Miguel frente a la “ciencia” y la “religión”. El insigne rector salmantino, al partir del hecho de que la “ciencia” no puede satisfacer las últimas inquietudes y aspiraciones vitales de la existencia humana, presentó la “religión” como único movimiento espiritual capaz de otorgar un sentido ultraterreno al hombre, irremediablemente abocado a la muerte terrenal. Su tesis podría ser condensada en la siguiente proposición: ninguna “sociedad perfecta”, sea entendida como la de Bebel o la de Kropotkine, puede ser una medicina para la muerte. Precisamente, por ello, justificó la existencia y sentido de la “religión” como respuesta más anhelada al tremendo problema de la precariedad y de la finitud de la existencia humana
El Unamuno filósofo fue, ante todo y sobre todo, un intelectual comprometido con la realidad política, social y económica de finales del siglo XIX y principios del XX. En el presente artículo, procuraremos revisitar algunas de sus ideas políticas concernientes a los conceptos de democracia, Estado y patriotismo. Nos interesa saber cómo el insigne rector de la Universidad de Salamanca concibió la democracia que definió independientemente de la monarquía y de la república como formas legítimas de gobierno, así como ideó la realidad Estado, que siempre vio secular o laicamente a partir de la escisión entre el poder temporal —trono— y el espiritual —altar. En nuestros análisis, prestaremos igualmente especial atención a su concepción de patriotismo, que se erigió y configuró en una época en que los separatismos político-lingüísticos tendían a diluir la unidad nacional española.
Para Unamuno, que concibe al catedrático como un “fraguador de doctrinas”, la asignatura universitaria, ubicada en las antípodas de su concepción en la enseñanza secundaria, debería ser una expresión de una “ciencia viva” o in fieri, y no un repositorio de conocimientos. Con dicha toma de posición, el rector salmantino terminó por oponerse a la ciencia oficial y al dogma científico a favor de una enseñanza de procedimientos. El presente trabajo procura recuperar dicha concepción de asignatura, intentando desvelarla en sus varias dimensiones con vistas a aportar al espacio de la reflexión pedagógica contemporánea las sui generis ideas educativas unamunianas que, por su densidad y sentido, permiten enfocar la asignatura académica no como un espacio de mera instrucción, sino como un momento de investigación de “hipótesis y utopías”. Utilizaremos como metodología de investigación la lectura, el análisis y el comentario del texto unamuniano, cuya contextualización filosófica, educativa e histórica se hace a partir de la oposición que el autor mantiene, dentro de su obra, hacia la pedagogía escolástica, presente en la universidad de su época en la figura del profesor/lector. La gran propuesta unamuniana es, pues, la de que docente y estudiante pierdan sus características clásicas, que les definen como un “templo del saber” y un “botijo vacío”, respectivamente, a favor de una concepción más adaptada a los nuevos tiempos académicos, en que el perenne desarrollo científico y cultural hace obsoletos los contenidos asimilados ayer.
ARTIGOSLa formación ético-normativa de la persona como telos educativo de la paideia ResumenEn el presente artículo, que procurará establecer los fundamentos filosóficos de la paideia unamuniana, determinaremos los postulados antropológico-educativos que Unamuno propuso a la comunidad académica española de finales del siglo XIX y principios del XX y que, todavía hoy, merecen ser estudiados por su carácter perenne y por sus implicaciones antropológicas. Nos interesará analizar su defensa del desarrollo ético-normativo de la persona humana como telos pedagógico del acto educativo. Para ello, daremos especial relieve a sus propuestas de desarrollo de las facultades humanas del sentimiento, de la voluntad y de la imaginación, así como a su deseo pedagógico de desarrollo de las varias dimensiones de la naturaleza humana, dentro de las cuales se destacan: la individual, la social, la política, la ética, la estética y la religiosa.Palabras clave: persona, imaginación, sentimiento y voluntad.1 Doutor em Filosofia pela Universidad de Salamanca, Espanha, com título reconhecido pela Universidade de Coimbra. E-mail: emanuel.ejms.santos@gmail.com Educação, v.16, n.2, p. 408-433, mai.-ago. 2017 Cadernos de História da Recebido em: agosto de 2016Aprovado para publicação em: outubro de 2016Cadernos de História da Educação, v.16, n.2, p. 408-433, mai.-ago. 2017 | 410 Lo más importante en un pueblo debía ser formar hombres; la más sagrada misión, la de educar a los jóvenes. Y, sin embargo, los problemas pedagógicos apenas interesan, el maestro es en realidad menospreciado, y los padres sólo de pico se cuidan de la educación de los hijos (Unamuno, 1971: 571).Si se tiene en consideración el fragmento con el cual empezamos este estudio del pensamiento pedagógico de Unamuno, que hemos recogido de su ensayo "Educación y herencia económica", de 1896, verificamos, por de pronto, que la gran propuesta educativa de nuestro autor para su España finisecular decimonónica radica en la formación de hombres. Don Miguel, como podemos observar, no dice que lo más importante es la instrucción de las jóvenes generaciones, sino que afirma que lo verdaderamente decisivo es la formación de personas, únicas e insustituibles, lo cual implica que lo significativo para la España de su época era la formación ético-normativa de los individuos (Unamuno, 1971: 312). Por cuestiones metodológicas que se vinculan con la correcta comprensión de las tesis educativas unamunianas hemos estructurado el presente estudio en tres capítulos. En el primero determinaremos el telos pedagógico de la educación preconizada por Unamuno. Y en los dos siguientes detallaremos la forma como dicho telos pedagógico debe concretarse en el desarrollo armonioso de la naturaleza humana.Para el pensador vasco-salmantino, la defensa del desarrollo ético-normativo de la persona humana era el telos pedagógico por excelencia de la educación, tanto en su dimensión pedagógica, concerniente a la educación del niño, como en su dimensión demagógica*, relativa a la educación del pueblo (Unam...
El sentimiento trágico de la vida fue una de las grandes aportaciones filosófico-religiosas de don Miguel de Unamuno. Si es cierto que, al lado de su concepción trágica de la existencia, se yuxtaponen conceptos tan fundamentales y decisivos como los de conatus essendi, lucha por la vida, fe y Dios, en el presente estudio nos ceñiremos a la relación polémica y angustiada que la pistis mantiene con la gnosis o, si se quiere, que la fe mantiene con la razón en cuanto al destino último de las conciencias individuales. Con ello intentaremos poner de relieve los rasgos más característicos y simbólicos de la existencia humana tal como la conceptualizó Unamuno en su época finisecular decimonónica, cuando el positivismo y la fenomenología impugnaban la metafísica como rama legítima del conocimiento.
La misión educativa del maestro, del profesor de primeras letras, fue uno de los temas pedagógicos alque Unamuno, el insigne rector de la Universidad de Salamanca, más páginas de análisis y reflexióndedicó a lo largo de su producción ensayística. El presente artículo, centrado en dicho tema, procuradesvelar la concepción unamuniana del maestro, en cuanto a su misión de promover la formación deuna concepción unitaria del saber en sus alumnos. Para nuestro autor, la fragmentación del saber eraun grave error educativo al que había que combatir con vehemencia. En contra de dicha fragmentación,propuso, inspirado en su formación romántica, una visión holista e integrada de los saberes impartidosen clase a partir de la cosmovisión étnica del pueblo español (intrahistoria). No pudiendo habereducaciones ideológicamente neutrales, sólo el trasfondo espiritual de la comunidad patria a la que elalumno pertenece podría unificar el saber escolar que tendría siempre que ser consustancial al espíritudel propio pueblo (Volksgeist) en cuanto expresión individualizada del alma de la propia humanidad(Allgeist). Y es aquí donde se hace sentir la educación de talante nacionalista propuesta por Unamuno,siendo cierto que lo nacional en el autor es siempre concebido como puerta para lo universal.Palabras clave: Alumno. Filosofía. Lengua. Literatura y Religión. Maestro. Saber.
El hecho de que Unamuno sea un escritor autobiográfico nos permite determinar su concepción de rector, no solo sobre la base de lo que nos dice acerca de dicho cargo, sino también a partir de su experiencia, lo que es particularmente sugestivo, ya que la idea sui generis que tenía de dicho cargo se encarna en la realidad social que lo rodea.Por ejemplo, un texto que permitiría acceder a la experiencia de Unamuno como rector esel discurso que pronunció en el “Paraninfo de la Universidadde Salamanca el 1 de octubre de 1931, al inaugurar, en calidad de rector, el curso académico de 1931-1932” (cf. Unamuno 1971d 395).
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