“…Por su parte, Sánchez Puentes (2010) sostiene que, hoy día, un profesor de metodología de la investigación científica tiene que ser imaginativo y acudir a los "más diversos recursos y procedimientos prácticos de su experiencia para ir gradual y progresivamente pasando de la enseñanza verbalista y conceptual a otra más concreta y efectiva del quehacer científico" (p. 24), porque a los jóvenes estudiantes, más que hablarles de ciencia, se les debe promover el aprendizaje del quehacer científico. Algo que, por supuesto, no es sencillo, si se consideran las condiciones en que suele enseñarse ciencia en un país como México, especialmente en algunas universidades; pues, por un lado, la poca experiencia que puede tener quien imparte cátedra sobre la metodología científica y, por la otra, las debilidades en cuanto a habilidades pedagógicas, incluso digitales, como parte del perfil profesional del profesor del siglo xxi (Edel Navarro & Ruiz Méndez, 2022;Tejada Fernández, 2020), terminan por reproducir una imagen de la investigación poco alentadora entre los jóvenes estudiantes. De allí que se abogue por un trabajo académico que reúna saberes como: "el práctico, el teórico y el pedagógico" (Sánchez Puentes, 2010, p. 29).…”