Nadie puede ser feliz sin participar en la felicidad pública, nadie puede ser libre sin la experiencia de la libertad pública, y nadie, finalmente, puede ser feliz o libre sin implicarse y formar parte del poder político» Hannah Arendt
INTRODUCCIÓNEs tiempo de considerar las oportunidades que actualmente se presentan a enfermeras/os, a raíz de contar con el respaldo legal que define el campo del ejercicio profesional (1)(2) ; disponer de un corpus deontológico consolidado en principios y valores, así como, una definición de las competencias para la gestión del cuidado, para cumplir a cabalidad el compromiso de la enfermería con la sociedad, desde una práctica ética y autónoma para tomar decisiones respecto al cuidado (3) . En los lineamientos del Consejo Internacional de Enfermeras (CIE), se propone que para el desarrollo del rol sociopolítico, a través de funciones esenciales, que junto con los cuidados autónomos y de colaboración, se agreguen la defensa y el fomento de un entorno seguro, la gestión del cuidado y de los sistemas de salud, el desarrollo de investigaciones, la participación en la formación y en las políticas sanitarias (4) .Las/los enfermeras/os muestran diversos niveles de autonomía, se observa una mayor independencia en las funciones derivadas de la asistencia, especialmente en lo referente a educación, promoción en salud y en la realización de procedimientos técnicos, en contrapartida con un menor grado de independencia en las funciones derivadas de la gestión e investigación. Esta situación se ve agravada por la escasa participación de los profesionales en las organizaciones gremiales, lo cual limita una defensa colectiva para el reconocimiento social del rol integrado (5) .