Towards a Positive Image of the Jew in the Comedia

Abstract

The image of the Jew in the comedia has been considered negative because Golden-Age dramatists were understood to be serious in propagating anti-Jewishness, which was part of the ruling ideology. This point of view does not recognize the irony in many anti-Jewish scenes; the presence of irony suggests that these dramatists did not share the official anti-Jewishness, and that they may have been using dissimulation: overtly reproducing official policy while, covertly, to protect themselves, subverting it. It is not surprising that these apparently anti-Jewish scenes are ironic, after all, these dramatists lived in an authoritarian society that turned life into theatre, and they belonged to a converso -humanist intellectual tradition of dissimulation. These two factors influenced their dramatic techniques, which may be described as double language. The above considerations indicate that the image of the Jew in the comedia is ironic and capable of a more positive interpretation than previously thought.

Untitled

“…Sería imprudente, sin embargo, juzgar a Lope así, cuando hay más de cuatrocientas piezas teatrales suyas restantes y sin tener en cuenta que el corpus lopesco contiene comedias como Los cautivos de Argel y novelas como Guzmán el Bravo que desmienten esa acusación. Además, Herskovits (2005) nos recuerda que el público de los corrales madrileños era heterogéneo -política, social e intelectualmente -y por eso, un dramaturgo como Lope no habría podido tener éxito sin crear obras destinadas a un público amplio. Aunque los judíos que practicaban abiertamente su religión desaparecieron de Castilla y Aragón en 1492 y de Portugal en 1497, se quedaron en la Península Ibérica cientos de miles de conversos.…”

Minorías prósperas en la economía corsaria literaria

“…Sería imprudente, sin embargo, juzgar a Lope así, cuando hay más de cuatrocientas piezas teatrales suyas restantes y sin tener en cuenta que el corpus lopesco contiene comedias como Los cautivos de Argel y novelas como Guzmán el Bravo que desmienten esa acusación. Además, Herskovits (2005) nos recuerda que el público de los corrales madrileños era heterogéneo -política, social e intelectualmente -y por eso, un dramaturgo como Lope no habría podido tener éxito sin crear obras destinadas a un público amplio.…”