“…También se han asociado con el consumo los déficits en la regulación emocional y la afectividad negativa (Chabrol, Melioli, y Goutaudier, 2014;Creemers et al, 2009). En estudios en los que se ha comparado a adolescentes consumidores y no consumidores utilizando el Inventario Clínico de Millon para Adolescentes (MACI) (Millon, 1993) se han observado que el grupo de consumidores presentaba puntuaciones más altas en las escalas de personalidad Rebelde, Rudo, Oposicionista, Tendencia límite (Becoña et al, 2011;Fantin, 2006) y puntuaciones inferiores en las escalas de Sumiso y Conformista (Faúndez y Vinet, 2009). No obstante, los estudios con adolescentes son escasos, posiblemente, debido a la falta de consenso sobre la aplicabilidad del constructo de personalidad en edades tempranas o en la adolescencia (Adshead, Brodrick, Preston, y Deshpande, 2012).…”