“…Los espacios que divulgan la ciencia como los museos de ciencias [Ellenbogen, 2013] son sitios idóneos para acercar a los adultos mayores hacia las nuevas tecnologías, al tiempo que promueven el aprendizaje informal de conceptos y habilidades prácticas, así como la generación de actitudes como la confianza o la capacidad de comunicarse con los demás. Estos museos también pueden ayudar a las personas mayores a desarrollar sus capacidades físicas y mentales, a experimentar autonomía y, finalmente, a lograr el control de sus vidas en diversas situaciones, incluidas aquellas que amenazan su seguridad [Dufresne-Tassé, 1995].…”