RESUMEN:La neuroética nace oficialmente a comienzos del siglo XXI, gracias al avance de las neurociencias, como ética aplicada vinculada a la bioética, pero también como neuroética autónoma. Como ética aplicada, aborda cuestiones cercanas a la bioética. Como neuroética autónoma, se enfrenta a problemas clásicos de la filosofía desde una perspectiva neurocientífica en sentido amplio. Dos cuestiones serán centrales en ella: diseñar un marco para seleccionar, interpretar e integrar los datos de las neurociencias acerca de la moralidad, y trazar el método -o métodos-adecuados para el nuevo saber. Curiosamente, en ambos casos la mayor parte de los neuroéticos dice inscribirse en posiciones naturalistas, pero realmente procede de forma no-naturalista. El artículo se propone analizar los distintos lados de la neuroética y sacar a la luz el método que realmente siguen los neuroéticos, que desmiente al naturalismo.ABSTRACT: Neuroethics officially appeared at the start of the 21st century due to the progress made by the neurosciences, as an applied ethics related to bioethics, but also as an independent discipline in its own right. As an applied ethics, it tackles issues bordering on bioethics. As independent neuroethics, it deals with established philosophical problems from a neuroscientific standpoint in the broader sense. It involves two central questions: the design of a framework in which to select, interpret and integrate data from neuroscience on morality and outlining the appropriate method or methods for this new branch of knowledge. In both cases, most neuroethicists curiously claim to take a naturalist stance, while they actually proceed in a nonnaturalist manner. The article sets out to analyse the different facets of neuroethics and to reveal the method really used by neuroethicists, which refutes naturalism.