“…Además, ha sido demostrado que los abonos orgánicos favorecen el desarrollo de la biota del suelo, lo cual es deseable en un agroecosistema, debido a los efectos positivos de los organismos edáficos en la producción vegetal (Altieri, 1999;Wardle, 1999;Liu et al, 2009;Kallenbach y Grandy, 2011;Steel et al, 2012;Wu et al, 2013). Sin embargo, en el suelo, los grupos de organismos no se organizan aisladamente, sino que forman cadenas tróficas (CT), las cuales son redes de interacciones presa-consumidor que se presentan entre grupos de organismos, poblaciones, o unidades tróficas agregadas (Smeding y de-Snoo, 2003;de-Vries et al, 2013). En el suelo, las CT son responsables de la disponibilización de nutrientes para las plantas, influyen directamente en la movilización de materia y energía en el suelo y, por consiguiente, son críticas para el funcionamiento de los ecosistemas (Wardle, 1999).…”