“…De tal manera que, una ruptura epistemológica con la Modernidad, se traduce en olvidar estratégicamente la Modernidad (Araujo, 2017;, promover la reconstrucción de un proyecto intelectual moderno para las ciencias sociales en América Latina (De la Garza, 2020), y, en otros términos, generar teorías, nociones y categorías, desde y para América Latina (Torres, 2020). Para ello, se debe establecer un programa de investigación que permita construir herramientas conceptuales o teorías adecuadas para hacer frente a la diferencia de las "otras" sociedades (Araujo, 2020), y que, en definitiva, reflejen la realidad latinoamericana en términos generales y en particular, dando el paso hacia el debate sobre cómo aparecen y son nuestras realidades (Brachet-Márquez, 2020). Estudios sobre la ciudadanía y su reconfiguración en América Latina , han destacado y hecho referencia que estas formas de abarcar y concebir la noción y las categorías de ciudadana o ciudadano, trae de fondo, la capacidad de producir, crear, modificar o resignificar el rol del ciudadano entre sus miembros y para el Estado (Castro, 2014), a partir de las experiencias puestas en práctica como marco de un proyecto distintivo y particular en términos de valores y del perfil de los actores que habitan esa realidad social; siendo estos procesos de transformación social también, los que parecen ser los que han determinado la nueva interacción entre el Estado y la sociedad (Espinosa, 2009).…”