Aunque el Abencerraje pasa por ser la obra fundacional del género morisco se trata, leída en su literalidad, de la historia de un cautivo en la vieja frontera cristianomusulmana del XV. Por ese motivo su estructura, edificada sobre el tópico del doble cautiverio-por las armas y el amor-y condicionada por un ambiente de disparidad de cultos y razas, se disipa en los romances moriscos que, no obstante, florecen a su zaga. Será Góngora quien, aprovechando el horizonte referencial que le brinda la nueva frontera con el Turco, alumbre un breve subgénero, los romances africanos, que trasplanta a Orán la estructura y espíritu de la novelita quinientista.