SlutWalk, Feminism, and News

#ButNotMaternity: Analysing Instagram posts of reproductive politics under pandemic crisis

“…This work notes the ways feminists increasingly draw on networked media, including hashtags, to accomplish their goals (Clark-Parsons, 2018; Jackson et al, 2020; Loza, 2014). Although much research on digital feminist activism focuses on issues such as gender-based and sexual violence (see Dey, 2018; Jackson et al, 2020; Loney-Howes, 2020; Mendes, 2015), others have also explored issues around maternity inequality and care they received, and the ways they have harnessed social media to make these visible (van der Pijl et al, 2020). Van der Pijl et al (2020), for example, studied the Dutch hashtag #genoeggezwegen (#breakthesilence) to explore how women were sharing negative and traumatic maternity care experiences.…”

Diseccionar el miedo, politizar la rabia.

“…La importancia de los mitos de la violación, en su acepción barthesiana, radica en su poder y pregnancia a la hora de moldear la comprensión de la violencia sexual y las respuestas mediáticas, judiciales y sociales que suscita (Schmidt, 2004). La naturalización de la sexualidad masculina como insaciable y violenta permite justificar las agresiones, considerándolas excusables o inevitables en ciertos escenarios (Herman, 1978;Buchwald et al, 2005;Mendes, 2015). En otros casos, la conducta del perpetrador tiende a enmarcarse en los límites de la excepcionalidad y la monstruosidad, convirtiéndolo en un sujeto ininteligible (Barjola, 2018).…”

“…En otros casos, la conducta del perpetrador tiende a enmarcarse en los límites de la excepcionalidad y la monstruosidad, convirtiéndolo en un sujeto ininteligible (Barjola, 2018). En su reverso, estos mitos propician que la responsabilidad recaiga en las víctimas, fomentando sospechas sobre sus actos, apariencia o pasado sexual y/o alimentando la creencia de que son estas quienes buscan o desean ser agredidas (Lonsway y Fitzgerald, 1994;Schmidt, 2004;Mendes, 2015, Barjola, 2018. Estas incitaciones incluyen comportamientos que desbordan la tradicional feminidad casta -salir por la noche, beber alcohol, usar ropa provocativa o flirtear (Mendes, 2015)-y que son leídos como indicios transparentes de disponibilidad…”

“…Consecuentemente, la cultura de la violación articula un ciclo del miedo feminizado, caracterizado por percibir la calle como un espacio hostil, sentir temor a sufrir una agresión o vislumbrar las consecuencias de este hecho. Por tanto, moldea el espacio público al demarcar como potencialmente peligrosos y propicios para las agresiones sexuales una serie de lugares de los que las mujeres, en tanto que ya siempre victimizadas (Fanghanel, 2019), deben excluirse, vigilándose para evitar el daño inevitable adscrito a ellos (Mendes, 2015;Barjola, 2018).…”

Internet memes and a female “Arab Spring”: mobilising online for the criminalisation of domestic abuse in Hungary in 2012-13

“…Whereas the above-described shift to (digitally) networked protests and new forms of political participation is usually told through the examples of such social movements as the Occupy Wall Street, the Indignados, or the Arab Spring, the emergence of social media as central platforms for mobilisation and articulating bottom-up dissent has significantly transformed feminist protest culture, too. Although digital feminist activism has been with us since at least the early 2000s, feminism's growing reliance over the 2010 decade on new digital technologies and social media, in particular, was noted by many (Hester Baer 2016; Katherine W. Bogen, et al 2019;Jonathan Dean and Kristin Aune 2015;Aristea Fotopoulou 2016;Kaitlynn Mendes 2015;Alison Phipps, et al 2018;Jessica Ringrose, Jessalynn Keller and Kaitlynn Mendes 2019;Verity Trott 2020). The most spectacular example for the rise of these new, social media-based protests was probably the appearance of hashtag-based feminist activisms, first of all, #MeToo, but Slutwalk is also notable from 2011 as the earliest social mediaassisted global feminist movement.…”