“…Esto más allá, y como bien señala Kirsten Wood, del "éxito" del trabajo reproductivo de las mujeres en esclavitud, y es que el potencial reproductivo modeló las ideas sobre éstas desde el inicio de la trata trasatlántica: Debido a que tanto los amos como las mujeres esclavizadas reconocieron el valor potencial de la reproducción, la disputa sobre la reproducción fue una constante... la explotación del potencial reproductivo de las mujeres fue siempre un tema de discusión en la esclavitud del Nuevo Mundo, incluso en los muchos casos en que los esclavistas hicieron poco para ayudar a las mujeres esclavizadas a concebir, tener y criar hijos sanos (Wood, 2010: 5). 10 Tal como ha establecido la historiografía sobre la esclavitud con enfoque de género (Wood, 2010;Turner, 2017;Cowling et al 2017), es evidente que la maternidad esclavizada en América Latina y el Caribe, tanto de origen africano (Chaves, 2001;Velázquez, 2006;Arrelucea, 2009: 27-73;Bush, 2010;Cowling, 2013;Guzmán, 2018;Moriconi, 2018;Scott y Venegas, 2019;Candioti, 2020) como indígena (van Deusen, 2021), es fundamental para comprender la historia de la esclavitud como la de las construcciones de género que sostuvieron a las sociedades coloniales mediante la (re)producción de la servidumbre. Así, la cuestión del vientre esclavizado subraya que las mujeres fueron un punto neurálgico del esclavismo moderno-colonial en sus diferentes variantes.…”